Democracia por sorteo – homenaje a los griegos

Publicado en por Fran Lombardo T.

En primer lugar, los griegos tenían una estructura democrática que consistía en una Asamblea donde se reunían todos los hombres libres, ciudadanos, no había mujeres ni esclavos. En segundo lugar, había un consejo que Solón lo constituye, después Clístenes lo aumenta, se llama el Consejo de los 500, ese consejo se llamaba la Boulé, y después tenemos los Tribunales.

 

Estas son las instituciones básicas: la Asamblea, la Boulé (los consejeros) y los Tribunales. ¿Cuál era el objetivo fundamental de los griegos? El objetivo fundamental de los griegos era que los que gobernaban no tuvieran poder o trataban de hacer de modo tal de organizarse para que se debilitara el poder de los que gobernaban porque la soberanía, como la palabra Democracia lo dice, es el gobierno del Pueblo, es decir, constituían un modo de organización política para debilitar el abuso del poder. Esto para los griegos era clave, es decir, no se trataba de darle a los representantes, a estos consejeros de la Boulé. No se los elegía, se los sorteaba.

 

Para que el poder no se pueda concentrar en pocos, los griegos se ocuparon de cubrir que mediante el sorteo podía hacer que cualquiera fuese miembro de la Boulé. La Asamblea se llamaba “Ekklésia tou dêmou”, es decir, Asamblea del Pueblo.

 

En la Asamblea, la última palabra la tenían los legisladores, es decir, los hombres que estaban en la Asamblea y ¿cuáles eran sus últimas palabras? Eran: declaraciones de guerra, legis leges, firma de paz, estrategia militar, elección de los estrategos. Obviamente, los estrategos que eran los militares no eran elegidos por sorteo sino era elegidos directamente, pero cuando culminaba, así como anunció Pericles, a todos los guerreros, eran sometidos a juicio así como a los demás cargos, hayan hecho bien o mal su función. Estos estrategos tenían un año de mandato, que tenían que renovarlo si habían atravesado ese juicio correctamente.

 

Los griegos se dieron cuenta de que los consejeros previos a la Democracia eran elegidos porque tenían riqueza o porque era hereditaria. Los griegos decían que tenían que evitar esto y optaron por ir al sorteo mediante el kleroterion (κληρωτήριον, en griego antiguo), la máquina de sorteo, en el cual por lo menos un cuarto podía decir que formó parte de la Boulé, es decir, son personas completamente desconocidas.

 

Gracias a Aristóteles, podemos saber cómo funcionaba la Boulé: en primer lugar, la presidencia, elegido por sorteo, cualquier ciudadano, rotaba mensualmente entre los diez “pritanes” elegidos por sorteo. Ese funcionario se llamaba “Epístate”, es como decir el presidente de la República de hoy, luego estaban los “pritanes”, que eran de menor jerarquía, eran como los gobernadores de las provincias. O sea, los 500 no se reunían todos los días, pero sí los miembros de los “pritanes” y de entre ellos salía el “Epístate”, elegido por sorteo.

 

El “Epístate”, que era el presidente de la República, se ocupaba un solo día de gobernar, ciudaba la llave del Tesoro Público y recibía a los extranjeros. Entonces, la presidencia era de un solo día y, además, era un hombre sorteado. Obviamente, la Boulé era la mano derecha de la Asamblea, pero eran todos hombres sorteados y esto es muy importante: la Asamblea supervisaba las tareas de la Boulé, el Pueblo griego nunca entregaba el poder. Si la Boulé se quería conformar en poderosa, los griegos inmediatamente detectaban quienes estaban siendo corrompidos, por la riqueza, por la fama o por extranjeros, y eran expulsados.

 

Existían los Tribunales: cuando había casos serios, se reunía toda la Asamblea, especialmente en asuntos políticos. La justicia era muy rápida: los griegos sabían que un juicio muy importante, cuanto más importante menos tenía que durar y el juicio más importante en la Grecia antigua duró un día.

 

En “El discurso fúnebre de Pericles”, que cita Tucídides, dice:

 

Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos; más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia; respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.

 

Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias de unos con otros, sin enojarnos con nuestro vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra molestia, pues esta, aunque innocua, es ingrata de presenciar. Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes, en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran vergonzoso infringir.

 

Aristóteles en “La Política”:

 

Estando el poder en la Democracia, sometido a estas necesidades, las únicas combinaciones de que es susceptible son las siguientes: todos los ciudadanos deben ser electores y elegidos, todos deben mandar a cada uno y cada uno debe mandar otros, alternativamente. Todos los cargos deben proveerse por sorteo, por los menos aquellos que exigen experiencia o talentos especiales. No debe exigirse ninguna condición de riqueza, y si la hay, debe ser muy moderada. Nadie debe ejercer el cargo dos veces o, por lo menos, muy rara vez y solo en los cargos menos importantes, exceptuando los cargos militares.

 

Los empleos deben ser de corta duración, por lo menos aquellos que pueden tener importancia. Todos los ciudadanos deben ser jueces, por lo menos en todos los asuntos, en los más interesantes y más graves como las cuentas del Estado y los negocios políticos, y también en los convenios particulares. La Asamblea debe ser soberana en todas las materias o, por lo menos, en las principales y se debe quitar todo poder a las magistraturas secundarias, dejándoles cosas insignificantes.

 

El Senado es una institución muy democrática, allí donde la universalidad de los ciudadanos no pueden ni deben recibir del Tesoro Público una indemnización por su asistencia en la Asamblea. De donde se da este salario, el poder que se le ha dado queda reducido a la nulidad. El Pueblo, una vez rico, merced del salario que se le da por ley, todo lo quiere para sí.

 

Si los caracteres de la Oligarquía son el nacimiento ilustre, la riqueza y la instrucción, lo de la Democracia será el nacimiento humilde y la pobreza en el ejercicio de un oficio. Es preciso cuidarse mucho de no crear ningún cargo vitalicio y si alguna magistratura antigua ha conservado este privilegio en medio de la revolución democrática, es preciso limitar sus poderes y conferirla por sorteo en lugar de hacerlo por elección.

 

Montesquieu dice:

 

Con la distinción entre los que tienen derecho de sufragio (nosotros solo nos hemos vuelto electores, no somos más ciudadanos) y los que no lo tienen es en la República una ley fundamental, la manera de emitir el sufragio es otra ley fundamental: el sufragio por sorteo está en la índole de la Democracia y el sufragio por elección es de la Aristocracia. El sorteo es una manera de elegir que no ofende a nadie, le deja a todos la esperanza legítima de servir a su Patria, pero como la manera es defectuosa los grandes legisladores se han esmerado en regularla y corregirla.

 

Los griegos, que eran muy inteligentes, sabían muy bien que podían sortearse gente de poca idoneidad, pero a ellos les importaba menos el profesionalismo sino la virtud (que la llamaban la areté1), preferían a un justo que a un sabio, y además sabían que la poca idoneidad que podía tener en el cargo podía ser suplantada o sustituida por el trabajo en equipo, los griegos no trabajaban solos, trabajaban en equipo.

 

Montesquieu citando a Solón:

 

Lo establecido en Atenas por Solón fue que se dieron por elección los empleos militares y por sorteo las judicaturas y senadurías. Quiso también que se dieran por elección las magistraturas civiles que ponen grandes dispendios y por sorteo las demás.

 

La lectura de Montesquieu es que hay que elegir a los magistrados que se ocupan de economía y tienen que ser los más ricos del pueblo o de la ciudad porque tienen que respaldar con sus bienes si hacen un desfalco, por eso los griegos sabían que los ministerios de economía y finanzas tenían que estar los más ricos porque si cometían algún latrocinio o malversación, respondían con lo que tenían, es decir, ellos eran muy inteligentes para poner en el poder a los ricos.2 Pero a fin de corregir los inconvenientes del sorteo, dispuso que no se sortease sino entre los que aspiran a los puestos.”

 

¿Qué es una Constitución? El Pueblo necesita disponer de una y no digo que no tiene que existir representantes y tiene que gobernar los millones que somos, es imposible. Hay que aplicar el Derecho para evitar la arbitrariedad de los fuertes, de los ricos, de los que saben hablar, etc. Son muy útiles las Constituciones, pero son muy peligrosas al mismo tiempo, y no hay que subestimar a ninguna de las dos cosas.

 

En primer lugar, son peligrosas porque se prestan para el abuso del poder, servir a otros intereses cuando son elegidos, el poder es abusado y afecta la psiquis, enloquece, genera manía, esa palabra griega. Entonces, ¿qué pasa? Nuestros representantes, que son los que escribieron la Constitución, no le tienen miedo3 a la Constitución y los griegos sí sabían que a lo que le tenían que tener miedo era a la Constitución escrita. Ahora, como la Constitución no la escribimos nosotros sino que la escribieron tiempo atrás, gente que copió la Constitución, que ganó o perdió una batalla.

 

Como la Constitución fue escrita por pocos, es obvio que no la van a temer y es también obvio que la van a programar de manera tal que puedan mantener su poder. Entonces, ¿cuál es el problema más grave? Que todos nosotros nos hemos vuelto impotentes, totalmente impotentes, por culpa nuestra porque hemos dejado que otras personas escriban nuestra Constitución, luego pretendan modificarla o reformar, ese no es el punto. Hay que escribir una Constitución que sea una Constitución, que nosotros sepamos que cuando alguien gobierna le va a tener miedo a la Constitución, va a tener el menor poder posible porque estamos hablando de Democracia, el Pueblo tiene que conservar el poder, no lo puede tener el gobierno o un partido político. Para los griegos era muy claro, hablar de izquierda o de derecha es una pérdida de tiempo, de lo que hay que ocuparse es de pensar en que la Constitución y la solución a muchos de los problemas tienen los ciudadanos. ¿De quién depende que la opresión continúe? De nosotros.

 

El concepto griego de ciudadano, es el que vota directamente las decisiones de hacer o no hacer tal o cual cosa y es elegido por sorteo. Como dije al comienzo, hoy ya no somos ciudadanos, somos meros electores, no hay ninguna autonomía y heteronomía porque hemos cedido el poder a un Congreso que no cumple con la Constitución y tiene demasiado poder. Entonces, ¿no es Democracia? Si el poder lo tiene el gobierno de turno, los congresistas, los intendentes, los jueces, etc., el Pueblo se ha vuelto impotente y este es el resultado de la Democracia de estos doscientos años que muchos países en la actualidad la perciben porque no es Democracia, porque el Pueblo ha dejado de tener poder, sino es el gobierno de los representantes, este es el Gobierno Representativo. Los griegos pensaban: ¿de qué manera mantenemos el poder y que los que nos representen no tengan nada de poder o el mínimo poder posible?

 

¿Cuáles derechos tenemos hoy? El de elegir, sufragio, cargos de 5 años no revocables. Los griegos tenían un sistema muy rápido: si había uno que no trabajaba correctamente en la Boulé, se lo revocaba, se lo echaba en el momento. Nosotros ni siquiera elegimos sino que esos elegidos que supuestamente elegimos, están determinados por sectores y responder a intereses que no necesariamente son los intereses del Pueblo.

 

Otro derecho es la libertad de expresión. Estoy a favor de este derecho, pero el problema con la libertad de expresión es solamente cuando es de expresión, es decir, cuando llega a tener un efecto sobre la realidad se la calla. Entonces, participamos de una impotencia aceptando ser meros electores y terminamos votando a los que niegan nuestros derechos, votando a los que niegan nuestro poder, entregamos el poder.

 

Confucio decía: “Cuando hay que hacer cambios, hay que ir a la gramática”. Las palabras han perdido sentido porque llamamos Democracia a todo lo contrario de lo que es. Se ha producido un hecho extraordinario, que nos estamos dando cuenta, de haber invertido el sentido de las palabras.

 

Usamos la palabra Democracia para referirnos a algo justamente lo contrario: la impotencia del Pueblo. La Democracia es la potencia del poder del Pueblo y hoy vivimos la impotencia, y esta inversión no ha sucedido ni por casualidad, ni por creación espontánea ni por azar. Voltaire, Aristóteles, Montesquieu ya lo sabían antes de 1789, que la elección directa sigue siendo de origen aristocrático y el sorteo es democrático.

 

Los griegos, cuando hacían sus reuniones, lo hacían en redondo, para tener todos los puntos de vista y hoy vemos a un presidente en un solo lugar y todos miramos para adelante. Los griegos tenían un concepto visual del poder, que es muy diferente a que tenemos hoy, y no es poca cosa.

 

Entonces, la Democracia griega realizan el sorteo para obtener representantes que trabajaban en equipo, a los cuales los regulaba la idoneidad y la virtud, y el objetivo era tener el menor poder posible. Durante doscientos años se vivió esa Democracia griega, en donde había ricos, pobres… hemos mejorado relativamente en los temas de esclavos, mujeres y niños, pero en realidad fueron los pobres, la clase no rica, quienes gobernaban o dirigían la ciudad griega, son hechos reales, no tenían suficiente dinero para influir a todos, hacer finanzas, etc.

 

En estos últimos doscientos años de la Revolución Francesa, ha recibido muchas críticas. En el libro de Tocqueville “La democracia en América”, se da cuenta del peligro de todo esto.

 

¿Cuánto tiempo puede sostenerse una “Democracia” llevada por ricos cuando la mayoría es pobre? ¿por qué sostenemos la elección directa? Cuando nos damos cuenta de que hay que ir efectivamente por el sorteo, que es para quitarle poder a los que gobiernan porque el Pueblo tiene que tener el poder. Hoy sabemos que la elección directa no significa Democracia y los que tienen el poder no lo van a entender ni les interesa.

 

Lo formidable de la Democracia griega es que, comparando con hoy, que para acceder a los cargos de senadores y diputados, eran elegidos por sorteo, no se gastaban en publicidad ni papales, ni tiempo, y en sus sesiones no había presidente de la Cámara ni vices cada año o cierto tiempo, etc. sesionaban y se sorteaba para llevar a cabo, no recibían ninguna compensación por asistir y el Pueblo tenía la garantía de ser Soberano.

 

 

 

Referencia:

Mizrahi, Guido. Maître ès Philosophie – Université de Paris IV-Sorbonne. (Octubre, 2013). Democracia y Sorteo. Un enfoque crítico de la Democracia en la actualidad. En el marco del programa “Democracia 30 + 30. Una mirada al futuro” de la Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Plaza Alemania, Buenos Aires, Argentina.

 

 

1Areté - Glosario de filosofía. Término griego con el que se designaba la excelencia de alguien o de algo y que, especialmente desde los sofista y Platón, y luego también por Aristóteles, fue utilizado con el significado de virtud.

2Dentro de la estructura del Estado, tal vez era uno de los que más controlaban de que no haya abuso de los recursos públicos: control adentro y afuera, con la Boulé y la Asamblea.

3Entiéndase miedo de no cumplir, de fallar con lo estipulado.

 

 

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